La presbicia. ¿Es lo mismo que la hipermetropía?

7 min de lectura
hipermetropia presbicia diferencias

Tanto la presbicia como la hipermetropía hacen que se tenga una visión deficiente de los objetos cercanos, un rasgo que tienen en común estos dos problemas oculares.

La presbicia y la hipermetropía tienen en común el efecto que producen: ver mal “de cerca” y ver bien “de lejos”. También comparten el hecho de que en ninguno de los dos casos de considera que sea una “enfermedad ocular” como tal, sino que, más bien, se trata de un problema de visión relacionado con el enfoque.

Sin embargo, la presbicia y la hipermetropía no son lo mismo, como se pudiera deducir de estas “coincidencias”. La causa, los factores de riesgo, la evolución, la mayoría de los síntomas y las opciones terapéuticas para solucionarlos son distintos, y cada uno de estos problemas oculares tiene unas peculiaridades que evidencian las diferencias entre uno y otro.  

Presbicia

La Sociedad Española de Oftalmología (SEO) define la presbicia como una condición óptica y visual que se presenta como resultado del proceso de envejecimiento normal que afecta al cristalino.

El cristalino es la lente natural transparente que hay en el interior del ojo, concretamente, detrás de la pupila. Tiene la “habilidad” de modificar su forma para actuar como una lente intraocular cuando enfocamos objetos desde cerca y media distancia (ordenador, libro, etc.), permitiendo una visión óptima de las imágenes. 

A medida que el cristalino va envejeciendo, pierde esa adaptabilidad, ya que su composición se modifica, volviéndose más rígido, más grueso y menos flexible. Como consecuencia de este cambio, se produce una pérdida o disminución de su función de enfoque, que es la causa de la presbicia o vista cansada. Por ello, se trata de un problema visual propio de la edad adulta.

Factores de riesgo de la presbicia: 

  • El principal factor de riesgo para desarrollar presbicia es la edad
  • Por tanto, y teniendo en cuenta su nexo directo con el proceso natural de envejecimiento, prácticamente nadie se libra de padecerla.
  • Lo habitual es empezar a notar los síntomas en el rango de edad comprendido entre los 38 y los 45 años.
  • El hecho de que se presente antes de esa edad, así como la intensidad de los síntomas, puede estar determinado por la genética y el proceso de envejecimiento individual.
  • El estilo de vida también interviene en el momento y forma de aparición de la presbicia. Pasar largas jornadas delante del ordenador o leyendo acelera el proceso.
  • Otros factores, como padecer miopía, retrasan el momento en el que aparece la presbicia. 
  • La hipermetropía y la ausencia de defecto visual previo, por el contrario, puede acelerar los síntomas.



Síntomas de la presbicia:

  • La principal manifestación de la presbicia es la dificultad para leer de cerca, que mejora a medida que se aleja el texto de la cara.
  • También resulta difícil enfocar objetos que se encuentran a escasa distancia (menos de un metro).
  • Leer la etiqueta de productos alimenticios, prospectos de medicamentos, etc. puede llegar a ser prácticamente imposible.
  • Es habitual tener que aumentar el cuerpo de letra del ordenador o del móvil para leer sin problemas. 
  • Algunas personas experimentan como primer síntoma una mayor lentitud cuando se cambia el foco de cerca, a lejos y viceversa. 
  • Como consecuencia del esfuerzo para ver con nitidez puede aparecer dolor de cabeza más o menos constante.
  • También es frecuente que aparezca, sobre todo al final del día, fatiga y cansancio visual


Qué hay que saber sobre la presbicia:

-De acuerdo con la información de la SEO, tras su aparición, la presbicia no permanece estable, sino que evoluciona hasta que se cumplen los 60-62 años.

-Puede ocurrir que, con el paso de los años, algunos pacientes noten una mejoría en la visión de cerca, hasta el punto de que algunos dejan de usar gafas para realizar tareas de precisión. Es lo que se conoce como “segunda visión” y no supone, como podría pensarse, una “curación” de la presbicia, sino que generalmente es el síntoma inicial de las cataratas. 
 

Hipermetropía

Tal y como se describe desde la Sociedad Española de Cirugía Ocular Implanto-Refractiva (SECOIR), la hipermetropía, también conocida como hiperopía o “mala visión de cerca”, es un proceso caracterizado por tener habitualmente una visión de lejos relativamente buena siempre y cuando no se tengan muchas dioptrías y, por el contrario, una visión de cerca deficitaria.
Se trata de un error refractivo, que se produce cuando el ojo no enfoca (refracta) correctamente la luz.
Generalmente, las personas que padecen hipermetropía ven de forma aceptable los objetos que están lejos, mientras que la visión de cerca es borrosa. 

¿Por qué se produce la hipermetropía?

Para que el ojo vea claramente, la luz debe atravesar su parte delantera (córnea y cristalino). De esta forma, puede llegar a la parte situada más al fondo (retina), encargada a su vez de enviar la señal de la visión al cerebro. 

En el caso de la hipermetropía, debido en la mayoría de los casos a la forma del ojo, la luz no se curva correctamente, por lo que, en vez de apuntar directamente a la propia retina, “impacta” detrás de la misma.

La hipermetropía está presente desde el nacimiento, pero según las dioptrías se puede manifestar antes o después. De hecho, es, junto a la miopía y el astigmatismo, uno de los errores refractivos más comunes en los niños.


Factores de riesgo de la hipermetropía:

  • Ojo más corto de lo habitual (desde la córnea hasta la retina).
  • Aplanamiento o adelgazamiento de la córnea.
  • Herencia: si el padre o la madre es hipermétrope, hay mayor riesgo de que sus hijos también lo sean, aunque no siempre es así, ya que la genética es solo un factor de riesgo más.


Síntomas de la hipermetropía: 

  • Dificultad para realizar tareas a corta distancia, como la lectura o enhebrar una aguja.
  • Dolor de cabeza sin otra causa que lo explique.
  • Orzuelos de repetición.
  • Fatiga ocular.
  • Tener la costumbre de entrecerrar los ojos al mirar.


Qué hay que saber: 

- No todas las personas que padecen hipermetropía experimentan el problema de la misma manera. Muchas veces, sobre todo cuando se trata de jóvenes, no advierten tener ninguna dificultad visual. Pero en casos de hipermetropía grave, la visión puede ser borrosa a cualquier distancia, tanto de cerca, como de lejos.
  
- La hipermetropía es uno de los errores refractivos más comunes en los niños. De hecho, y según la Academia Americana de Oftalmología (AAO), la mayoría de los niños son hipermétropes (de forma leve), pero no tienen visión borrosa, ya que ven de forma clara, tanto de cerca, como de lejos. Esta situación se revierte con el crecimiento, ya que el ojo también va creciendo, volviéndose más largo y, con ello, favoreciendo que la hipermetropía se reduzca o desaparezca. 
 

Tratamientos parecidos, pero no iguales

Los tratamientos para solucionar la presbicia y la hipermetropía se ajustan a criterios distintos y hay opciones específicas para cada problema:

¿Cómo se trata la presbicia?

- Con gafas específicas para la presbicia (gafas “de ver” o “de lectura”). Es la opción más efectiva en la mayoría de los casos para mejorar la visión de cerca:

  • Son gafas monofocales que enfocan de cerca.
  • Se utilizan fundamentalmente para leer y también para realizar actividades concretas que requieran ver bien de cerca.
  • Tienen graduación positiva de acuerdo al grado de desarrollo de la presbicia (+1, +2, +3…).
  • Para las personas que usan gafas o lentillas para otros problemas visuales, hay que optar por otro tipo de gafas (bifocales o progresivas).



- Mediante corrección quirúrgica: para los casos en los que las gafas resultan una opción incómoda e incluso incapacitante, existe la posibilidad (previa recomendación del oftalmólogo) de someterse a alguna de las técnicas quirúrgicas que permiten la corrección de la presbicia. Desde la SECOIR se describen las principales opciones:

  • Técnicas de láser: se aplican en la córnea para moldear su forma, con el objetivo de conseguir una visión de cerca óptima. Puede ser bilateral, si se operan los dos ojos, o unilateral, cuando solo se interviene un ojo para conseguir monovisión.
  • Implante de lentes intraoculares: se trata de una técnica similar a la que se emplea en para las cataratas, en la que se extrae el cristalino y se sustituye por una lente intraocular que puede ser bifocal o trifocal. 



¿Cómo se trata la hipermetropía?

En los niños, lo habitual es recurrir a gafas y/o lentillas específicas para este problema, que actúan reenfocando la luz en la retina en la parte posterior del ojo, mejorando la visión de cerca. 

En el caso de los adultos, se emplean las mismas técnicas que en la corrección de la miopía, que son de dos tipos:

  • Cirugía en la córnea: según las características del paciente, se opta por alguna de las técnicas más empleadas: PRK, LASIK, Smile…
  • Uso de lentes intraoculares que pueden ser fáquicas (no hay que quitar el cristalino) o pseudofáquicas (se quita el cristalino para corregir el defecto de graduación). 


 

Otros problemas “confundibles”

Aunque habitualmente se confunde la hipermetropía con la miopía, desde la SECOIR se explica que la diferencia entre ambos problemas estriba en la forma en la que los rayos de luz entran en el ojo: 

•    En el caso de la hipermetropía, se proyectan detrás de la retina, haciendo que la visión de cerca sea borrosa.

•    En la miopía, la proyección de los rayos se produce delante de la retina, lo que da lugar a una visión a larga distancia borrosa.


En cuanto a la presbicia, el hecho de que esté asociada a la edad favorece que se pueda confundir con las cataratas, pero existen diferencias claras además de similitudes: tanto la presbicia como la catarata tienen su origen en el cristalino, concretamente en la pérdida de la capacidad de acomodación de éste.


 

HM Eye Center. Contacto





 

Cita telefónica
PEDIR CITA